Salvador Baratta: “La seguridad es una trituradora de carne”
24 julio, 2025
En medio del escándalo por la investigación interna que afecta a 25 jefes policiales bonaerenses, Salvador Baratta, ex comisario general, pasó por Hola Chiche y defendió la necesidad de respetar la cadena de mando, denunciando con crudeza una conducción politizada y alejada de la calle.
“Quiero ser imparcial en esto, porque si no me traiciono a mí mismo”.
Para Baratta, si se comprueba que policías en actividad trabajaban en planes de seguridad con fines partidarios, corresponde el sumario: “Pasar informe o estar trabajando en un proyecto de seguridad futuro con gente de algún partido político, eso ya es suficiente. Eso está mal”.
El ex comisario explicó que la ley orgánica de la fuerza prohíbe cualquier actividad política mientras se está en funciones. “Yo no podía, cuando estaba en funciones, hacer un informe para un senador porque lo tenía que elevar al Ministerio de Seguridad primero”, sostuvo.
También recordó que incluso durante campañas políticas en las que él mismo tuvo participación —como potencial ministro si ganaba Carolina Píparo—, evitó involucrar a policías en funciones: “Hablaba con muchísimos policías en ese momento que estaban en función y no echaron a ninguno porque yo no pedí ningún informe”.
Con respecto al caso en investigación, Baratta fue claro: no cree que haya una sanción masiva sin elementos. “Yo no creo que suspendan a 25 policías porque digan ‘me gusta el presidente’”.
La entrevista tomó un tono más duro cuando se refirió al presente de la policía bonaerense: “La seguridad es una trituradora de carne”, lanzó. Criticó a los ministros que hacen política con la seguridad y a una dirigencia que “llena los ministerios de amigos que no entienden nada”.
Para Baratta, el problema es la falta de un plan real y sostenido: “El plan existe, pero hay que ver quién se anima a llevarlo a cabo”. Y propuso que se discutan políticas de Estado que trasciendan los gobiernos de turno.
Casi al final, relató que mientras se discute si los jefes estaban o no haciendo política, “el jefe de policía tuvo que bajar al hospital Evita de Lanús porque tenemos un vigilante con un tiro en el ojo con pérdida de masa encefálica”. Y remató:
“Mientras los jefes siguen pelotudeando y haciendo política para ver si pueden ocupar un carguito más importante a futuro, los vigilantes, los rasos, los que están en la infantería cagándose a tiro en la trinchera siguen dejando colgajos en la calle”.
Por último, dejó en claro que la solución no es mágica, pero sí posible: “El tema es tener las ganas de hacer las cosas bien”.
